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martes, 20 de marzo de 2012

A lo largo de todo el mundo el ganchillo se convirtió en una próspera industria casera, en especial en Irlanda y el norte de Francia sosteniendo comunidades cuyo modo de vida tradicional había sido dañado por las guerras, fluctuaciones en la agricultura y el uso de la tierra y las malas cosechas. Las mujeres, e incluso a veces los niños, se quedaban en casa y tejían ropa, mantas, etc para conseguir dinero. Los artículos eran comprados principalmente por la emergente clase media. La introducción del ganchillo como imitación de un símbolo de prestigio, más que una artesanía única por sí misma, había estigmatizado la práctica corriente. Aquellos que podían permitirse el lujo de encajes elaborados por métodos más caros y antiguos desdeñaban el ganchillo como una copia barata. Esta impronta fue en parte mitigada por la reina Victoria, quien de forma abierta compraba encajes de ganchillo artesanales de Irlanda e incluso aprendió ella misma a tejer. Se considera que la inventora del crochet irlandés fue mademoiselle Riego de la Branchardiere alrededor de 18423 quien publicó patrones e instrucciones para reproducir encaje de bolillos y filtiré con esta técnica, junto con muchas publicaciones para elaborar ropa tejida a ganchilllo en lana. Los patrones disponibles ya en la  década   de 1840 eran variados y complejos.En elsiglo 19, al tiempo que Irlanda enfrentaba la Gran Hambruna (1845-1849) las mujeres tejían Crochet como una forma de obtener ingresos. El encaje o punto irlandés se convirtió en una fuente alterna para ganar dinero para los trabajadores irlandeses en pobreza extrema.  
El primer libro con instrucciones para el "punto irlandés" como le llamaron,fue compilado por la señorita Eleonora Riego de la Blanchardiere  hija de un noble francoespañol y de madre irlandesa.
Fue ella quien desarrolló la técnica para tejer con un resultado muy similar al encaje veneciano pero tejiéndolo con un solo gancho se acortaba inmensamente el tiempo de tejido dePor ejemplo, una tira de encaje veneciano de 20 centímetros de largo tomaba en promedio casi 200 horas tejiéndola con aguja. Al tejerla con el ganchillo de crochet se terminaba la obra en tan solo 20 horas. La técnica del encaje irlandés se trabajaba tejiendo motivos individuales: hojas, flores, frutas para después unirse mediante una red en forma de abanicos, rectangular o con una cuadrícula.  Esto permitía dividirse el trabajo, es decir cada quien se especializaba en un trabajo particular dependiendo de su destreza manual.
Mademoiselle Riego publicó su primer libro de patrones e instrucciones de crochet irlandés en 1846 y se ha documentado que un año después ya habían más de 20 mil personas tejiendo en el Sur de Irlanda.

El encaje o punto irlandés como se llegó a conocer fue trabajado en cantidades hasta que estalló la Primera Guerra Mundial.  Las mujeres irlandesas tenían gran destreza manual y produjeron trabajos maravillosos. Era tal su habilidad, talento y exquisitez para los diseños que el famoso encaje de Venecia no tenía nada que pedirle al encaje hecho en crochet por las irlandesas de la región de Cork.  De igual forma, mujeres y hombres aprendieron a tejer a gancho con materiales baratos cubriendo así el consumo interno de la región.  Esta nueva manera de ganarse la vida permitió a muchas familias mejorar su calidad de vida hasta bien entrado el siglo XX.

Esta industria que se desarrolló caseramente.  A las mujeres se les entregaban los materiales y trabajaban desde sus casas.  Una vez terminada una pieza se llevaba a pie al centro del pueblo a donde se les daba el último acabado armándolas como cuellos, puños, corpiños, vestidos, abrigos e incluso sombrillas.

Familias completas colaboraban, guardando celosamente sus propios diseños o motivos especiales. Cuando un vecino entraba a la casa inesperadamente, el encaje se escondía rápidamente y con razón pues un diseño original realizado finamente aportaba el ingreso de toda la familia.
Los grandes compradores estaban en Dublín, Londres, París, Roma, Nueva York y en la Ciudad de San Francisco California que curiosamente fue uno de los mayores centros de distribución de encaje o punto irlandés hasta el gran terremoto de 1906.

(pieza de museo) Casquete de bautismo

Encaje Irlandés

Pintura del 1800 (Joven tejiendo al crochet)
El encaje que salvó a Irlanda




HACIENDO HISTORIA

Le llamamos Crochet, Ganchillo, Tejido a gancho.  En Francia, Bélgica e Italia le llaman Crochet, los holandeses lo llaman Haken, los daneses Haekling, los noruegos Hekling y los suecos virkning.  Pese a que históricamente se han podido documentar otras formas de trabajo manual como el bordado, el tejido en telar y por supuesto el patchwork, no se sabe a ciencia cierta cuando fue que se  comenzó a tejer Crochet.    La palabra viene del francés antiguo: croc o croche que significaba "gancho", combinada con el término krokr de igual significado en noruego arcaico.
Quienes lo han investigado a fondo aseguran que el arte del crochet o ganchillo, tal y como lo conocemos hoy día se desarrolló en el siglo XVI.  
Otra investigación desarrolla tres teorías:
1) El crochet o ganchillo tuvo sus orígenes en el mundo Árabe, se extendió rumbo al Este hacia el Tibet y hacia el Oeste a España desde donde fue y vino por las rutas mercantiles hacia otros países del Mediterráneo.


2) Antiguas muestras de tejido a ganchillo han sido encontradas en sitios arqueológicos de Sudamérica donde están documentadas como adornos y abalorios utilizados en ritos de pubertad.
3) En China se han encontrado también algunas muestras de juguetes y muñecas tridimensionales tejidos en crochet.
Pese a todo esto, ha sido muy difícil encontrar muestras de este arte manual en Europa que se puedan ubicar en una línea de tiempo antes del año 1800.
En Italia se dice que el tejido a gancho se trabajaba durante el Renacimiento y se conocía como "labores de monjas" o "encaje de monjas" y se han podido catalogar algunas piezas tejidas a forma de cintas y utilizadas siempre dentro del vestuario y accesorios eclesiásticos.   




El Crochet comenzó a aparecer en Europa a principios del 1800s y pronto recibió un enorme empujón por Mlle. Riego de la Branchardiere, que era mejor conocido por su capacidad de tomar la aguja al viejo estilo del cordón y bobina, diseño los patrones de crochet que pueden ser duplicados fácilmente. Ella publicó muchos libros sobre patrones de crochet de modo que millones de mujeres pudieran comenzar a copiar sus diseños. Mlle. Riego también demandó haber inventado “Lace-Like” , hoy llamado crochet Irish.